Play Live Radio
Next Up:
0:00
0:00
Available On Air Stations

Algunos migrantes de Afganistán temen ser torturados o asesinados sin son deportados

Sayedyaqoob Qattali moved to Houston with his family after legally entering the United States in late 2023.
Sayedyaqoob Qattali
/
Sayedyaqoob Qattali moved to Houston with his family after legally entering the United States in late 2023.

Lee esta noticia en inglés.


HOUSTON — Sayedyaqoob Qattali pasó años ayudando a las fuerzas estadounidenses como comandante de seguridad del Ministerio del Interior de Afganistán en la provincia de Herat.

Quedó atrapado allí cuando los talibanes derribaron al el gobierno en agosto de 2021 y no pudo obtener ayuda estadounidense para salir del país.

"Fui a Irán y solicité una visa humanitaria para Brasil. Era la única opción que me quedaba. Luego, después de un año, obtuve la visa, una visa humanitaria", dijo Qattali.

Lo que sucedió después fue una odisea. Desde Brasil, él y su familia fueron a Perú, luego a Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y, finalmente, a México. La mayor parte del tiempo, caminaron.

"En todos estos países obtuvimos el documento legal que decía que podíamos quedarnos allí", expuso Qattali.

Cuando llegaron a México en noviembre de 2023, Qattali y su familia utilizaron la aplicación CBP One para solicitar acceso legal y la libertad condicional humanitaria en Estados Unidos.

"Algunas personas ... estuvieron esperando uno, dos, tres meses", afirmó Qattali. "Y, afortunadamente, nos dieron una cita a los dos días".

Qattali y su familia ingresaron a los Estados Unidos por San Ysidro, entre Tijuana y San Diego. Llegaron a Houston, donde recibieron ayuda de Combined Arms, una organización con sede en Houston, que ayuda a veteranos a reubicarse.

Qattali habla siete idiomas. EN Houston, consiguió trabajo como agente de alquiler de apartamentos y empezó a ayudar a otros afganos a integrarse en la comunidad. Además, inscribió a sus dos hijos en una escuela chárter.

Todo iba bien.

Pero una vez que el presidente Trump asumió el cargo, una de sus primeras medidas fue poner fin a la aplicación CBP One para nuevos solicitantes.

Al principio, eso no fue un problema para Qattali, ya que él y su familia se habían establecido en los Estados Unidos y habían comenzado a solicitar asilo.

Eso cambió el mes pasado.

"Desafortunadamente", explicó, "recibimos un correo electrónico... diciendo que teníamos unos siete días para irnos. [Si no lo hacíamos], nos cobrarían... 900 dólares por día".

El abogado de Qattali le recalcó que no se preocupara, ya que estaba protegido por su solicitud de asilo, pero todavía teme por su futuro.

"Tengo una carta amenazante", señaló Qattali. "Si regreso [a Afganistán] seguro que me matarán a mí y a mi familia también".

Khalil Yarzada, a former interpreter for U.S. and NATO forces, now heads a program with the Houston-based veterans group Combined Arms, which helps Afghans who aided U.S. forces to settle in the United States.
Andrew Schneider /
/
Khalil Yarzada, ex intérprete de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN, ahora dirige un programa con el grupo de veteranos Combined Arms, con sede en Houston, que ayuda a los afganos que apoyaron a las fuerzas estadounidenses a establecerse en los Estados Unidos.

"No nos sentimos seguros"

Incluso los afganos que tienen residencia legal permanente en los Estados Unidos se preocupan por lo que las políticas de Trump implican para ellos.

Muhammad Amiri es un ex piloto de la fuerza aérea afgana que se encontró varado en los Emiratos Árabes Unidos cuando los talibanes tomaron Kabul.

Amiri logró llegar a los Estados Unidos con lo que se conoce como una Visa Especial de Inmigrante (SIV, por sus siglas en inglés), un estatus para el cual son elegibles las personas que lucharon y trabajaron junto a las fuerzas estadounidenses en Afganistán y que puede conducir a un estatus legal permanente.

Amiri recibió su residencia hace cuatro meses.

"No tengo palabras para expresar lo que siento", comentó Amiri. "No pude controlarlo. Empecé a llorar, y las lágrimas no paraban de brotar, sin control. Y simplemente, le di gracias a Dios".

Amiri ha tenido varios trabajos desde que llegó a los Estados Unidos. Actualmente es supervisor de seguridad en el Museo de Bellas Artes de Houston y estudia informática con el objetivo de conseguir un puesto como asistente de soporte técnico. Además, se comprometió recientemente.

Pero la prometida de Amiri todavía está en Afganistán, y hasta que su situación legal no se resuelva, él no se atreverá a salir de Estados Unidos para verla, por miedo a que no le permitan regresar.

De hecho, le preocupa que ni siquiera su green card lo proteja ante el clima político actual en los Estados Unidos.

"No importa cómo llegaste aquí", narró Amiri. "No nos sentimos seguros ni bien, porque ahora nos sentimos amenazados. Si nos devuelven a nuestro país, será la misma historia. Nos sentimos amenazados de ser torturados, quizás asesinados por los talibanes".

Ali Zakaria, un abogado de inmigración con sede en Houston, expresó que personas como Amiri tienen razón en estar preocupadas.

"Por muy lamentable que suene", comentó Zakaria, "mi primer consejo para todos mis clientes, así como para mi familia y amigos, es que, si no son ciudadanos estadounidenses, no hablen ni publiquen en redes sociales nada negativo sobre la administración actual. No expresen su opinión. No participen en ninguna protesta, porque esta administración los perseguirá para revocar su estatus".

El fin de la bienvenida y el estatus de protección temporal

Aproximadamente 200,000 inmigrantes y refugiados afganos llegaron a los Estados Unidos tras la caída de Kabul en manos de los talibanes en agosto de 2021. Eso incluye a unos 10,000 en el área metropolitana de Houston.

Sayedyaqoob Qattali served as a security commander with the Afghan Interior Ministry in Herat province, Afghanistan, before the Afghan government fell to the Taliban in August 2021.
Sayedyaqoob Qattali /
/
Sayedyaqoob Qattali se desempeñó como comandante de seguridad del Ministerio del Interior afgano en la provincia de Herat, Afganistán, antes de que el gobierno afgano cayera en manos de los talibanes en agosto de 2021.

Si bien algunos de ellos han recibido desde entonces la residencia o incluso la ciudadanía estadounidense, muchos tienen un estatus legal más incierto, como libertad condicional humanitaria o estatus de protección temporal (TPS son sus siglas en inglés).

El TPS es un programa que permite a personas de países donde su vida podría estar en peligro (debido a guerras o desastres naturales), vivir y trabajar legalmente en los Estados Unidos hasta que sea posible regresar a casa.

El TPS actual para los afganos comenzó en septiembre de 2023 y se extiende hasta 20 de mayo de este año.

Los afganos que están aquí con TPS se llevaron una sorpresa en abril cuando la Secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, anunció que no extenderá la protección cuando expire.

Luego de esa fecha, cualquier afgano que se encuentre en Estados Unidos bajo el programa correrá el riesgo de ser deportado a Afganistán.

"Todas las personas con las que hablo están preocupadas de que, si se revoca esta protección, la vida de muchas personas correrá peligro", declaró Khalil Yarzada, extraductor afgano de las fuerzas estadounidenses y de la OTAN en Afganistán, quien se nacionalizó estadounidense en febrero. "Mucha gente se verá en la mira".

Poco después de que el Presidente Trump asumió el cargo, el Departamento de Estado cerró la Oficina del Coordinador de los Esfuerzos de Reubicación de Afganos (CARE, por sus siglas en inglés) y dio fin al programa que CARE supervisa, el programa de Enduring Welcome, que ayuda a recibir a refugiados.

El congresista Republicano de Texas Michael McCaul, es ex líder del Comité de Asuntos Exteriores y del Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes.

En marzo, McCaul y otros dos Representantes Republicanos enviaron una carta al Presidente Trump, al Secretario de Estado Marco Rubio y a la Secretaria de Seguridad Nacional Kristi Noem instándolos a no poner fin al programa Enduring Welcome.

"Tal decisión abandonaría a más de 200,000 aliados de guerra y tendría consecuencias duraderas para la credibilidad global de los Estados Unidos, sus operaciones militares y sus veteranos", escribieron McCaul y sus colegas de la Cámara de Representantes.

"Los talibanes consideran enemigo a cualquiera que haya colaborado con Estados Unidos. Están siendo perseguidos, detenidos y ejecutados. Ya se han documentado más de 3,200 asesinatos y desapariciones de exmilitares afganos, intérpretes y socios del gobierno estadounidense".

Las razones del cambio de política

Zakaria, el abogado de inmigración de Houston, cree que la motivación del presidente para poner fin a programas como el TPS para los afganos se debe a su promesa de campaña de implementar deportaciones masivas cuando asumiera el cargo.

"La política actual de la administración Trump es crear este grupo masivo que pueda ser deportado", dijo Zakaria, "y una forma de hacerlo es anular los protocolos o protecciones legales vigentes, y así obligar a esas personas a permanecer aquí ilegalmente, para luego deportarlas".

Ali Zakaria is an immigration attorney based in West Houston.
Andrew Schneider. /
/
Ali Zakaria es un abogado de inmigración con en West Houston.

Tricia McLaughlin, secretaria adjunta de asuntos públicos del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés), emitió la siguiente declaración explicando la decisión de poner fin al TPS para los afganos:

"La Secretaria Noem tomó la decisión de cancelar el TPS para las personas de Afganistán porque la mejora en la seguridad del país y la estabilización de su economía ya no les impiden regresar a su país de origen", estableció McLaughlin. "Además, la cancelación promueve el interés nacional y la disposición legal de que el TPS es, de hecho, temporal. Asimismo, los registros del DHS indican que hay ciudadanos afganos beneficiarios del TPS que han sido objeto de investigaciones administrativas por fraude, seguridad pública y seguridad nacional".

Mientras Noem sostiene que las perspectivas de seguridad en Afganistán han mejorado, el sitio del Departamento de Estado, ha emitido alerta de viaje para Afganistán y clasifica dicho país como de mayor riesgo, nivel 4: "No viajes, debido al conflicto armado, disturbios civiles, delincuencia, terrorismo y secuestro. Viajar a cualquier zona de Afganistán es peligroso".

NPR contactó al congresista McCaul y el Senador Republicano de Texas John Cornyn, para conocer sus reacciones ante el inminente fin del TPS para los afganos.

Cornyn no respondió a las reiteradas solicitudes de comentarios. McCaul envió la siguiente declaración:

"Desde los hutíes en Yemen hasta los cárteles en nuestras costas, la administración Trump está tomando medidas decisivas para erradicar el terrorismo y hacer de nuestro mundo un lugar más seguro", anotó McCaul. "Sin embargo, los talibanes han demostrado su afán de venganza contra quienes ayudaron a Estados Unidos. Hasta que demuestren cambios claros de comportamiento, insto a la administración a seguir priorizando la seguridad de los hombres y mujeres afganos que arriesgaron su vida para ayudar a nuestras tropas".

Las dos últimas sesiones del Congreso han abordado un proyecto llamado Ley de Ajuste Afgano, cuyo objetivo es acelerar el camino hacia un estatus legal permanente para los afganos que ayudaron a las fuerzas estadounidenses durante la guerra y ampliar la elegibilidad para Visas Especiales para Inmigrantes (SIV son sus siglas en inglés).

La medida se truncó a fines de 2022 y 2024, y el Congreso actual aún no ha vuelto a presentarla.

"Personalmente, me gustaría que eso sucediera ayer", admitió Yarzada, quien dirige el Programa SIVs y Aliados en Combined Arms. "Los SIV han dado gran parte de su vida, de su sustento, para estar donde están, y creo que es nuestro deber como estadounidenses apoyarlos, darles una oportunidad justa para que puedan construir una vida aquí en los Estados Unidos, porque esto es lo más estadounidense que podemos hacer."


Esta noticia fue traducida por Texas Public Radio con apoyo de Gabriela Olivares, e Yvette Benavides, para NPR y The Texas Newsroom.

Copyright 2025 NPR

Andrew Schneider